lunes, 19 de enero de 2009

Obra para el pueblo de Brenes en 1.999

Hoy os hablo sobre una escultura que realicé para el pueblo sevillano de Brenes. Está en una hornacina que preside el Complejo Parroquial “Purísima Concepción”, enclavado en la Plaza 1º de Mayo, justo en frente de la Parroquia del mismo nombre y a la derecha del Ayuntamiento. La realicé en el año 1.999, por encargo del Párroco de Brenes, D. Joaquín Reina Sousa. Por entonces, yo cursaba 3º curso en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, por lo que aprovechando que tenía una asignatura llamada “Procedimientos escultóricos” empecé allí el trabajo. Desafortunadamente, no sólo tuve que superar las dificultades propias que conlleva realizar un trabajo de esta envergadura, sino también las trabas y zancadillas que recibí del profesor que tuve en esa asignatura, ya que por casualidad, su mujer era de Brenes y él al enterarse de que el encargo iba para ese pueblo, sufrió un ataque de celos profesionales, impropio de una persona que tiene la responsabilidad de formar artísticamente a los alumnos de una Facultad de Bellas Artes, y no dificultarles su labor académica, sobre todo, siendo remunerado desmesuradamente por el estado por desempeñar su trabajo. Pero todo no fue desagradable durante el proceso de realización y desde aquí, quiero agradecer la colaboración que tuve de muchas personas y no quiero dejar pasar la oportunidad sin nombrarlos. En primer lugar, a Manuel Fuentes Arjona, cliente, pero sobre todo amigo, quién me recomendó al párroco D. Joaquín, para que yo tuviera el honor de realizar ese trabajo. Por supuesto a D. Joaquín Reina Sousa, quien me encargó la obra y que en todo momento me apoyó, cediéndome el Complejo Parroquial para terminar el trabajo, ya que el profesor anteriormente mencionado, me impidió proseguirlo en la clase. A D. Rafael Fernández Magro, dueño de los Talleres de Bordado “Fernández y Enríquez”, que me cedió desinteresadamente la furgoneta de la empresa para trasladar la obra, materiales y herramientas hasta el pueblo. Añado también, tuvo un trato muy amable y cariñoso hacia mi persona, familiares y amigos. Por último, he querido dejar el turno de agradecimientos a mis compañeros de facultad y amigos: Pedro Franco Rufino, Javier Pedrajas del Molino y Miguel Ángel Sánchez, que al igual que mis sobrinos Luis Alberto y José Antonio, me ofrecieron con gran generosidad por su parte, su colaboración en este trabajo. Os dejo unas fotografías de la obra recién terminada y antes de ser subida a su hornacina, y otras que saqué hace unos días, aprovechando que pasaba por el pueblo, en las que está ubicada en su emplazamiento definitivo.










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